Si vieras esta diminuta choza de hormigón, achaparrada y tosca, al pasar por la carretera, probablemente pensarías que se trata de un cobertizo de almacenamiento descuidado, o tal vez la guarida de un ermitaño esceánico. Con su puerta de metal oxidado y su fachada de 20 pies de ancho, no hay mucho más que pueda ser.
Pero abre la puerta y te encontrarás en un vestíbulo luminoso y encantador, seguido de tres pisos de diseño minimalista, luz brillantemente manipulada y un atrio central digno de la arquitectura romana antigua. Lo que parece ser un cubo de hormigón de un solo nivel es en realidad un hogar amplio que incorpora un entorno de valle exuberante en interiores modernos con una gran facilidad.
Construido en 2015 por Wespi de Meuron Romeo Architects, la casa aprovecha su sitio empinado en Caviano, Suiza, con vistas al lago Maggiore. Su silueta delgada y alta se extiende hacia abajo de la ladera en vez de hacia el cielo, permitiendo a sus ocupantes disfrutar del verdor por debajo del nivel de la carretera principal.
La casa utiliza varios tipos de concreto, así como vidrio, madera, metal y piedra en bruto, para sus interiores. Docenas de ventanas y claraboyas cuidadosamente colocadas transforman las luces del día en llamativas características de diseño, mientras que un atrio en el jardín evita que los acabados oscuros del edificio se vuelvan claustrofóbicos. [Fotografía de Hannes Henz]
