Mezclar un espacio grande con elegancia y comodidad es complicado. Sin embargo, el diseñador Luciano Dalla Marta asumió el desafío con resultados espectaculares. Esta casa brasileña es solemne debido a sus techos altos, paredes blancas y candelabros, pero la presencia de arte gráfico, pinturas, zonas verdes y cómodos muebles hace que los interiores se sientan acogedores. Al eliminar las divisiones de paredes, los compartimentos del área social se comunican entre sí y todos se benefician de la abundancia de iluminación natural.
La sala de estar principal está animada por un uso ecléctico de texturas y colores, que coexisten en armonía visual. Las habitaciones, por otro lado, se concibieron en una paleta de colores en blanco y negro, pero su sobriedad se atenúa con el uso de alfombras de textura suave y cortinas de piso a techo. En toda la casa, se logró una conexión óptima entre el interior y el exterior, ¡probablemente por qué cada interior parece más estimulante que el siguiente!