Una antigua estructura agrícola mezclada con los espacios recién construidos crea el carácter diverso de esta casa unifamiliar en Pontevedra, España. Enclavada en un terreno inclinado y enmarcada por una exuberante vegetación, la casa ventilada y generosamente iluminada representa un refugio para los días de verano. Un verdadero lugar donde reina la relajación y el entorno encantador abruma al espectador. El lugar perfecto para coleccionar recuerdos y disfrutar de las pequeñas cosas en la vida. La casa prevista por Irisarri Piñera Arquitectosrevela un poderoso contraste, que muestra elementos de lo viejo y lo nuevo.
Es interesante cómo lo viejo y lo nuevo se muestran prolijamente. La piedra vieja fue preservada en buenas condiciones. Una losa de hormigón imita la topografía del lugar, evocando la estructura original. El interior, naturalmente ventilado, se divide en áreas sociales y más espacios privados. El blanco es el color dominante, enfatizando la idea de espacio, paz y comodidad. Pequeñas terrazas adornan el exterior de la casa, lo que le permite disfrutar del sitio desde casi cualquier lugar. En las áreas sociales, algunas de las paredes están deliberadamente ausentes, lo que permite que el lugar respire y elimina los límites entre el interior y el exterior.
